El parque de la Taconera, conformado hacia 1830, es el más antiguo y uno de los más bonitos de la ciudad.
A la Taconera se puede acceder desde diversos puntos y a cualquier hora, porque no es un parque cerrado ni tiene horario. Con todo, su acceso más señorial es el del portal de San Nicolás, situado en la calle del Bosquecillo.
En la parte baja de los jardines, los fosos muestran al visitante un pequeño recinto zoológico entre murallas, en el que comparten espacio ciervos, patos, conejos y pavos reales.
El monumento más importante que adorna el paseo central de los jardines de la Taconera es el de Julián Gayarre, levantado en 1950 por Fructuoso Orduna y Víctor Eusa en honor al tenor roncalés.